domingo, 14 de agosto de 2016


La turisteada









…pálidos, destrozados, como después de una noche de batalla.
Dino Buzzati: “El pasillo del gran hotel”
Es su costumbre y también su secreto: aguardar a los turistas que llegan en el último tren de la capital y unirse a ellos como si fuera una turista más. Como casi todos los viernes, Amalia se sentó en una de las mesas de la cafetería del andén, frente a las vías por las que llegan y parten los trenes de largo recorrido. Llevaba un sombrero azul de ala ancha y un poco caída, gafas de cristal oscuro sobre la frente, una blusa blanca que le cubría el culo, pantalón vaquero y sandalias fucsia con plataforma; una maleta de viaje rosa que había dejado bajo la mesa completaba. Pidió una coca-cola light y luego sacó del bolso un mapa de la ciudad bastante raido ya. De vez en cuando echaba rápidas miradas al reloj del andén y al de pulsera que lucía en su muñeca derecha (el orden era cambiante y, además, irrelevante) como si quisiera comprobar la sincronía de ambos aparatos, como si eso fuera importante.
A medida que las manecillas que marcan las horas (la del reloj del andén y la del suyo de pulsera, bien sincronizados entonces) se aproximaban al seis sentía como crecía su impaciencia. Lo cierto es que ya no podía permanecer quieta. Hasta que por fin, por la amplia curva que enfila hacia el andén, vio aparecer el puntiagudo morro del tren. Y el corazón de Amalia se aceleró por la emoción. Una vez más.
Cuando los primeros turistas se aproximaron a la escalera mecánica que lleva al hall de la estación, abandonaría (como siempre) la cafetería dispuesta, ella también, a descubrir la ciudad, la fuente de la plaza que se abre frente a la estación y la estatua del fundador que la preside, el moderno rascacielos que despunta a lo lejos, los edificios decimonónicos de la avenida financiera, el bulevar que desciende hacia el puente de hierro que sobrevuela el río… Pues la ciudad, entonces, no sería la misma, y para conocerla tendría que interrogarla, y tú árbol, fuente, estatua, río, puente, ¿qué eres, qué significas, qué ocultas?, y en cada respuesta, la ciudad le revelaría sus maravillas.
Y se levantó, y se encaminó hacia las escaleras mecánicas haciendo rodar tras de sí la maleta, y descendió los dos tramos de esa escalera, y cruzó el hall de la estación, y ya estaba a punto de salir al exterior donde la ciudad aguardaba para transfigurarse en prodigio de fantasía, cuando ocurrió un hecho inesperado.
Una de las mujeres (era casi una niña) del grupo que le precedía se había girado y clavando una sonrisa en el rostro de Amalia dijo: Hola, ¿es tu primera visita a la ciudad? Amalia parpadeo, sonrío, se pasó la mano por la mejilla derecha (buscaba ganar tiempo). Por fin respondió. Sí, dijo. Para nosotras también es la primera vez; parece que la ciudad ha cambiado mucho, que ahora rezuma vida y diversión. Aunque Amalia no abrió la boca, su sonrisa alimentaba la conversación. ¿De dónde vienes? De la capital. Nosotras venimos de más lejos, somos del sur. Silencio. Pero no. La muchacha le dijo su nombre y le ha preguntó el suyo y, en un momento, cogiéndola del brazo, se lo repetía a sus amigas y fue como si la muchacha hubiera lanzado una piedra en el centro del grupo, y las miradas, las sonrisas y los nombres fueran el oleaje que agitaba sus aguas. Amalia, confusa y asustada, salió a la plaza con el grupo (la fuente y la estatua guardaron silencio, pues nadie les preguntó nada).
¿Dónde te alojas? Un breve carraspeo, la mano que retira el mechón de pelo que rebasa el borde del sombrero y el tímido mohín fueron sus artimañas para ganar tiempo de nuevo. En el gran hotel (es de los pocos nombres de hotel que Amalia conocía y que aún conoce) ¿Y donde se encuentra tu hotel? Junto al río, en los antiguos muelles. ¡Vaya, qué casualidad!; nosotras nos hospedamos por esa misma zona. Si quieres podemos acercarte; la furgoneta de la agencia nos espera en el aparcamiento de la estación. No supo qué responder y, sin saber porqué, asintió. Muchas gracias, dijo.
El gran hotel, repitió el conductor con un tono que presagiaba alguna pregunta que tal vez Amalia no sabría responder. Por eso Amalia, acercando el rostro a la ventanilla (viajaba en los asientos de atrás, al lado de su joven amiga) dijo, mirar, mirar el puente de ese famoso arquitecto…, ¿cómo se llama? El chofer dijo su nombre y, tal y como Amalia había previsto, el foco de atención se trasladó al siempre apasionante tema de la nueva arquitectura (que dicho sea de paso conforma esos espacios urbanos ubicuos y uniformes que contribuyen a hacer de este mundo un lugar más reconocible y plano).
La furgoneta llegó a la altura del gran hotel y se detuvo junto a la puerta en la que había un importante revuelo de gente que entraba y salía, o que simplemente charlaba y fumaba. Ya hemos llegado, dijo el conductor, y acto seguido descendió (también Amalia salió del vehículo), abrió el maletero y le entregó su maleta al tiempo que le lanzaba una mirada en la que pervive en brillo de una pregunta sin responder. ¿Dónde demonios vas, tía?, decía ese brillo. La amiga de Amalia asomó el rostro por la ventanilla. Menudo ambiente hay en tu hotel, qué guay, exclamó. Igual nos vemos mañana, a lo mejor en el museo de arte moderno, añadió. Sí, ojala. Bueno, adiós y muchas gracias, dijo Amalia. Nos vemos, exclamó la muchacha al tiempo que levantaba su mano y la agitaba de arriba abajo en señal de despedida. Y la furgoneta desapareció calle adelante. Y allí se quedó Amalia, en la puerta del gran hotel, con su disfraz de turista.
***
El sol iba ya muy vencido, el río y sus reflejos perfilaban la distancia (el viento se alimentaba de ella). Amalia se preguntaba donde podría quedar la parada de autobús más cercana para regresar al centro, cuando la gente de alrededor comenzó a arremolinarse y, en un instante, se encontró frente a un pelotón de fotógrafos de gatillo fácil que no tardaron en disparar sus artilugios (aunque entonces ella no lo sabía, al día siguiente aparecería expuesta junto al resto de piezas cobradas en las páginas de ecos de sociedad del diario local de mayor tirada). Entonces el pelotón de fotógrafos, propulsado por una fuerza invisible e irresistible, se abalanzó hacia la puerta del hotel llevándose consigo a Amalia que no pudo eludir su trayectoria. Y así, sin comerlo ni beberlo, Amalia, con su maleta, se vio en el hall del hotel que había sido transformado para acoger el coctel de bienvenida al icCT2015 – International Conference Of Creative Thinking, tal y como rezaba el cartel que colgaba a media altura sobre el mostrador de la recepción.
El hall al que Amalia había sido arrojada estaba repleto de corrillos que se habían ido formando de manera más o menos espontánea aunque no del todo consistente, pues no cesaban de producirse continuos intercambios de efectivos entre ellos (estos corrillos formarían una especie de sopa primordial que estaría destinada a propiciar el desarrollo de alguna idea más o menos creativa o, al menos, de algún tipo de relación interpersonal capaz de engendrarlas en el futuro).
Amalia vagaba por el hall aturdida por los acontecimientos y por el alboroto de las conversaciones, las risas y las exclamaciones que explotaban a su alrededor. Se sentía como si hubiera sido trasportada en una nave a otro planeta o como si aún estuviera en el interior de ese artefacto espacial. E inmune a la fuerza centrípeta que emanaba de cada uno de los corrillos, se dejaba llevar por la energía que recorría sus intersticios y que los hacía girar hacia el lado de la puerta por la que no cesaban de salir bandejas repletas de canapés y bebidas.
A pesar de haber gente muy diversa (junto a las personas que vestían de manera más o menos formal estaban quienes lucían ropa deportiva, y otras que no desentonarían en cualquier manifestación popular, incluyendo las competiciones de deporte rural propias del país), Amalia sentía que no encajaba en aquel lugar, que allí no pintaba nada, y comenzó a imaginar que era descubierta, señalada como impostora y, finalmente, expulsada de allí, cuestión de tiempo se decía. Y como tenía hambre y algo tenía que hacer para aliviarse de esos negros pensamientos, cada vez que tenía ocasión alargaba el brazo, cogía un canapé y lo hacía desaparecer de un único y limpio bocado (en eso, desde luego, no desentonaba del resto de asistentes al coctel).
De pronto, un joven surgió de uno de los corrillos, tropezó con la maleta de Amalia, trastabilló y finalmente se llevó por delante a un camarero que llevaba una bandeja repleta de bebidas. El estruendo fue ensordecedor, y más ensordecedor aún fue el silencio que le siguió, pues todas las conversaciones se interrumpieron a la vez. Afortunadamente las aguas primordiales fueron, poco a poco, volviendo a su cauce y el hall recuperó su condición de obrador al servicio de la inteligencia y la innovación.
El único rescoldo del incidente, más allá del escuadrón de limpieza desplegado para eliminar sus consecuencias, lo constituían Amalia y el joven que había tropezado con su maleta, pues no dejaban de intercambian disculpas al considerarse, cada uno por su lado, causantes del estropicio. Cuando por fin dieron por zanjada la cuestión, en vez de seguir cada cual por su lado, se mantuvieron, frente a frente, observándose mutuamente. Pues Amalia tenía ante sí a un muchacho barbilampiño, con un apretado moño coronando su cabeza y un atuendo imposible; desde luego, pensó, si fuera mi hijo para salir de casa tendría que pasar por encima de mi cadáver, eso seguro. Por su parte el estrafalario joven estaba entusiasmado con lo que veía: una mujer de edad madura representando el papel más original de todos los que había visto hasta el momento, una autentica y minimalista performance, un desafío en toda regla a cualquier convención, incluida la suya. Estás genial, le dijo el joven a Amalia; desde luego rompes con todo. Y aunque Amalia no podía entender el sentido de esas palabras y hasta llegó a sospechar que reía de ella las agradeció: Gracias, dijo. Y entonces el joven se presentó: Me llamo Marc, dijo, soy animador sociocultural. Yo me llamo Amalia y soy una turista.
Y como si quisiera ratificar esa afirmación, Amalia se despidió y dirigió sus pasos (entonces firmes y bastante rectilíneos, dado el número y continuo bamboleo de los corrillos que hubo de sortear) hacia la recepción del hotel. Cuando alcanzó el mostrador buscó con la mirada la del joven que estaba al otro lado y, cuando la encontró, dijo: Perdone, tengo una reserva; me llamo Amalia Rodríguez. Y la mirada del joven se tiño entonces con un brillo similar al que Amalia había descubierto en la del conductor de la furgoneta. ¿Una reserva dice usted?, dijo el joven recepcionista extrañado, un momento por favor. Y se sentó frente al ordenador, movió el ratón y tecleó los datos que el programa le solicitaba y, por fin, dijo: Señora, no consta ninguna reserva a su nombre. Y, acto seguido, inquirió: ¿Es usted ponente o pertenece a la organización? No señor, respondió Amalia, soy una turista. ¿Una turista? Perdone, pero eso no puede ser; hace meses que el hotel fue íntegramente reservado por la organización del evento, dijo abarcando con la mirada el amplio hall tapizado de corrillos oscilantes. Amalia frunció el ceño e insistió: ¿Puede usted volver a comprobar mi reserva, por favor? Lo siento señora, le aseguro que no es necesario, ha debido haber algún tipo de error; veamos: ¿realizó la reserva directamente con nuestro hotel o ha utilizado un servicio online? Hice la reserva por internet. No sabe cuánto lo siento señora, en este caso no puedo ayudarla; deberá ponerse en contacto con el operador, dijo el recepcionista con tono compungido. Pero sí, tal vez pueda, añadió, ¿quiere que intente conseguirle una habitación en otro hotel de la ciudad? No gracias, dijo Amalia, es usted muy amable; me las arreglaré.
Y Amalia se giró y, arrastrando tras de sí su sempiterna maleta, atravesó el hall, ganó la puerta del hotel y salió a la noche como la turista que aún era.
(Al igual que Pedro tuvo que negar a Jesús por tres veces antes de que el gallo cantara para cumplir los designios del Salvador, ese mismo número de veces ha tenido Amalia que afirmar su identidad de turista para conservarla: en la estación ante la joven turista, ante el joven que tropezó con su maleta en el hall del hotel y, por tercera vez, ante el recepcionista del hotel). Antes del último tren del día. Antes de que el gallo cante

lunes, 9 de noviembre de 2009

HIJOS DEL METAL


Meses atrás me ha llegado un comunicado a mi correo electrónico generado por un reggaetonero que acudiendo a falsas apreciaciones ha blasfemado de la familia del METAL, diciendo…









1) Que nuestras mujeres son feas y no se diferencian de los hombres… FALSO!, son muy bellas y tienen algo que las reggaetoneras no tienen: PERSONALIDAD y ESTILO, Caracter, no se dejan rebajar por nadie.
2) Que somos unos aburridos antisociales… FALSO! el caso de que no estemos de baile en baile borrachos, no quiere decir que no nos sepamos divertir, somos de pensamiento individual, NO PERTENECEMOS A LA 'MASA'.
3) Que sus representantes gozan de mejor voz que la de nuestros artistas… FALSO!!!!! Porque la mayoria de nosotros SOMOS MUSICOS ESTUDIADOS!… ¿Quién iguala los quiebres de voz de James LaBrie de Dream Theater?, ¿Cuál de ellos ha podido cantar al igual que Dave Mustaine de Megadeth?

No digamos mentiras… El reggaeton es muy joven… tiene unos 8 años en Venezuela, mientras que las bandas escuela del METAL se generaron cuando ni sus depravados artistas viajaban en las gónadas de sus progenitores.
La historia de Queen nadie la puede igualar, el género impuesto por Zeppelín, o Sabbath. Tenemos muchas ramas de nuestra música. Desde el depresivo Grunge… Hasta el acelerado Power Metal… ¿Cómo quieren igualar su "música" con la nuestra si ni instrumentos tienen?!!
4) Que no gozamos de su 'tecnología'… FALSO! Solo Usan computadoras y sonidos electrónicos, mientras que nosotros gozamos de una batería, un bajo, una guitarra (el alma del rock), un teclado, y en algunos casos hasta Violines y Flautas!!
Ahora, dijo ese… reggaetonero (no acudo a insultos, puesto que al ser reggaetonero ya se ha humillado lo suficiente) Dijo que somos homosexuales, Por Dios!!!, si los rockeros han llevado a la cama a mas mujeres en un día que ellos en una semana!! Por ejemplo, ¿cuántas mujeres han visitado la cama de Bret Michaels de Poison, o de Gene Simmons de Kiss? Nos llaman homosexuales,por el hecho de que, a diferencia de ellos, no nos gusta ir a "fiestas" a "recostar el culo",(ya que no tienen la suficiente hombria para conquistar a una mujer de verdad) a Caretitas que han tirado su dignidad al nivel de dejarse llamar PERRAS por un vaso de cerveza No peleen más…
Quédense ustedes en su mundo de depravación y letras vacías y haciendo apología del delito que nosotros en nuestro medio estamos bien. OTRO DETALLE… ¿Por qué se creen mejor que nosotros? Dijo este "personaje" que ellos admiraban la belleza de la mujer latina. Cualquiera!!! Ellos solo hablan de mujeres que lo den rápido y fácil, en otras palabras, prostitutas de bajo costo. Pasando a otro tema, el resonar mundial de este género degenerado, no es mucho, o díganme,
¿Cuál reggaetonero ha sido la banda sonora de una película?, o por ejemplo, ¿Cuándo han superado la cantidad asistente a un estadio como lo han hecho bandas leyenda como AC/DC, o Iron Maiden, Judas Priest, Rhapsody y miles de etc.?
¿Cuándo han hecho una canción cuyo nombre llene el corazón de sus aficionados?, como "November Rain" de Guns And Roses, "I don´t wanna miss a thing" de Aerosmith, "Friends will be friends" de Queen o himnos como "The Trooper" de Iron Maiden?
¿Porque no citamos nombres de sus canciones y partes de sus letras??
"Just like sexo, hagamos sexo con ropa, tocarte toa, menea la colita, bajate la bombachita"
Humillan a sus mujeres tratandolas de faciles Ah, dijo que somos unos drogadictos …
¿Acaso no oyeron que el que es libre de culpa, que lance la primera piedra? Acepto fielmente que muchos de nuestros representantes han caído en las drogas, y hasta muerto por ellas, pero ¿acaso el tal "Don Omar" no ha caminado por el camino del vicio?
Sabian que este, "El King" del reggaeton no puede entrar en estados unidos porque lo buscan por Narco traficante? y más de un "musico" por decirle asi esta preso por DROGON Otra cosa que me fastidia de ustedes es que sus artistas solamente viven echándose flores a si mismos, vanagloriándose, y hablando de forma ofensiva y discriminativa hacia los demás. Cuando el METAL te habla de Libertad el Reggaeton te habla de Drogas, Asesinatos y mujeres; todo lleno de malas palabras y un asco de vocablos como "los reyes del perreo", se hacen llamar de una forma ridícula, o ¿Qué les representa los extraterrestres?
Pacemos a la comparación de nombres… Nombres del METAL VS Nombres del reggaeton Kiss (beso) VS Wisin y Yandel ¿que es eso?
Guns and Roses (armas y rosas) VS Daddy Yankee ¿Papi Yankee? Poison (veneno) VS Don Omar ¿El de la tienda? ¿Cuando pueden ellos disfrutar algo como un solo de guitarra o batería?, ¿Cuándo pueden apreciar ellos un toque de un guitarrista como Satriani,el nuevo guitarrista de Megadeth Chris Broderick , Steve Vai, Malmsteen, Michael Romeo, Paul Gilbert, Jason Becker, Alexi Laiho?
LA GRAN DIFERENCIA: Cuando suena una canción de Rock vieja, estilo Sweet child o' mine, el rockero la disfruta, porque entra entre los clásicos, pero...suena un reggaeton mas o menos viejo en una fiesta, como "mayor que yo" Y DE UNA LO ABUCHEAN después de Alguna vez haberlo adorado tanto. SON HIJOS DE LA MODA SUPERFLUA Y ESTERIL, DIGNA DE IGNORANTES Porqué no se hacen a la idea de que nuestra musica es mejor y no lo pueden igualar!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡EL METAL ES ARTE!!!!!!!!!!!!

viernes, 7 de agosto de 2009

Si el AGUILA Hablara


MEXICANO:
Hoy quiero decirte que estoy hasta la madre de tus estupidas quejas y lloriqueos milenarios. Que estoy hasta la madre de tus inútiles manifestaciones donde no logras nada y solo chingas a los demás.

Que estoy harto de que siempre quieres ser un parasito y vivir del Gobierno quieres que el gobierno te mantenga, te baje precios, te de luz, Agua y tierra, todo lo quieres en la boca.
Maldito Huevon!!!!!!!!
Estoy hasta la madre de tu pendeja frasecita “la tierra es de quien la trabaja” ¿Para que cabron? De todas formas acabas largándote al otro lado donde la tierra no es de quien la trabaja. Allá la tierra le pertenece a quien tiene el capital para trabajarla, pero eso es algo que tu, en tu maldita ignorancia nunca vas a entender.

Estoy harto de que te sientas orgulloso de tu estupido PEMEX creyendo que el petróleo es tuyo ¿Y para que cabron? si la gasolina la traes del extranjero. Estoy realmente cansado de ver como te haces la victima para todo y entre mas jodido estés, en vez de pelear para salir del hoyo mas te haces la victima y el ofendido.

Estoy harto de ver como te haces el ignorante y el ingenuo para tener hijos como un maldito animal sin lograr mantenerlos dignamente. Otra cosita cabron, ¿En serio crees que la situación y futuro del país esta en manos de quien lo gobierne? me lleva la chingada, por eso no avanzamos MEXICO ERES TU, no el gobierno.

Ni los pendejos incompetentes del PAN, ni los mentirosos arrastramasas del PRD y mucho menos los rateros y metirosos del PRI, harán que tu vida sea mejor, ninguno de estos políticos será un buen gobierno para nuestro país, quienes mejor pueden sacarlo adelante son ustedes raza, ciudadanos normales pero con los pantalones suficientes para pelear por los sueños del pueblo mexicano.

Me da lastima verte como dices que la riqueza en México no se Distribuye bien, !!La riqueza no se distribuye cabron!!, se gana con trabajo e inteligencia ¿o que, no puedes?
Piénsalo pero no dos veces, que no es tan difícil, gente chingona hace gobiernos chingones, no al revés.

Atentamente,

El Águila de tu Bandera

domingo, 2 de agosto de 2009

Protegidos Por Murallas




Cuenta la leyenda que una ciudad llamada Campeche fue amurallada por hombres muy sabios para evitar que los malvados extranjeros los invadieran y robaran sus riquezas, o, en el peor de los casos, se establecieran allí hasta conquistarlos.






Durantes muchos siglos las murallas con su aura mágica activada cada sexenio por sus gobernantes lograron repeler a los malhechores extranjeros, impidiendo que les robaran su identidad, sus mujeres y sus negocios. Sobre todo sus negocios, que era lo que más felices los hacía (a los gobernantes, al menos).Sin embargo, el mundo, en un autentico arrebato de locura, decidió romper sus fronteras utilizando una magia muy oscura llamada “Globalización”.






Esta magia oscura invadió hasta el último rincón del planeta, y finalmente llegó a la pacífica y serena ciudad de Campeche.



Lo antes nunca visto empezó a verse en la ciudad; por ejemplo, este personaje tan repugnante:










Él y otros bichos raros empezaron a establecer sus negocios en la ciudad, para tristeza de muchos habitantes de la ciudad amurallada.



Sin embargo, la magia de las murallas es tan poderosa que de vez en cuando suelta sus polvos cósmicos para hacerles la vida difícil a los malvados fenicios que vienen a conquistar sus tierras.






Un ejemplo de ello es la cadena de minisupermecados Oxxo, que brotaron por arte de magia en algunos puntos de la ciudad, pero las murallas nos defendieron como antaño.









Nada más efectivo que clausurarlos mediante un poderosísimo embrujo: un letrero de cartón que le prohíbe el paso a los consumidores.


Otro ejemplo fue el de un terreno que durante mucho tiempo se dijo en él se construiría un fraccionamiento, pero apenas se reveló que en realidad lo que se montaría allí sería un Wal-Mart, las murallas atacaron de nuevo para evitar su construcción.


La resistencia aún sigue en pie, y las murallas siguen defendiendo a los nobles habitantes de la invasión extranjera, aunque siempre hay excepciones, como la cadena de cafeterías The Italian Coffee, que ha montado en cada esquina de la ciudad una sucursal. Al parecer su propietario descubrió cómo romper el embrujo de las murallas.





La formula más eficaz para anular el embrujo lo encontrarás en la última repisa de cada estante de los Italian Coffee. Si no puedes con el enemigo, únetele, o véndele tus franquicias.



sábado, 1 de agosto de 2009

Campeche: un lugar con fricción




















¿Cuándo sucedió esto? ¿Cuándo Campeche se llenó de gente? La respuesta que mi santo padre dio a los negros en E.U. se hace presente en los campechanos: son unos cogelones.






¿Por qué está tan lleno Campeche ? Antes recuerdo que era más apacible. Las 12 del día era un pulular de poca gente. Recuerdo que los camiones manejaban con más cautela y que no había tanto ruido en el centro, Pero hoy se ha vuelto un enjambre de gente, de indios apestosos, sudorosos insoportables. Y más con el pinche calor que se manda.

















El calor, otra cosa. Antes no había tanto calor. Un maitro medio chumín (véase borracho; Véase; briago) medio otra teoría. Me prestó un poco de esa sabiduría empírica que carece de todo rigor científico, pero que se lleva la gloria en cuanto a la observación abierta y meditada. El señor, escurriéndose el sudor de su frente con el dedo pulgar, “uña abajo” me dijo:
—Qué pinche calor.
—Sí—le contesté cortante.
—¿Sabes por qué está este bochorno insoportable, compa?
—Sí, por el calentamiento global—le contesté con seguridad.
—Calentamiento global ¡Mis guevos qué! La verdad es por la gente. Ya somos un chingo ¿no ves? Antes toda esta madre—señalándome del ADO antigüo—era selva. No había luz. Y estaba fresco. Pero ahora con las pinches carreteras y las calles se convierte en un horno. Yo te voy a decir una cosa—y me lanzó una mirada perdida, de borracho serio— todo el pedo de que haya bochorno es por la fricción. ¡Esa madre es lo que nos está dando en la madre! ¡Ve!—se escurrió el sudor de nueva cuenta con su dedo y me mostró el resultado—Me estoy deshaciendo. Más gente, más carros y el pinche hule hace fricción con la carretera— destapó su pachita y le dio un sorbo—¡Ah, cabrón!Chíngale un poco.
—No gracias, no tomo.
—¡Mmmta ma! Pues sí cabrón, te digo, la fricción ¿qué pasa cuando hay muchos carros pasando por la calle? Pues se calienta la calle y eso ocasiona bochorno que entra a las casas…



—¿Está mamado, maitro?—lo interrumpí.



—Medio cimbrado, no mamado. Todavía es temprano—eran las 13 horas—


… entonces se crea bochorno, pero no hay vapor de agua. Por eso no llueve, hijo. Es pura fricción, hazme caso.
Mamado y todo, don Carmen tiene razón. Somos muchos. Antes Campeche era apacible, éramos pocos. Pero ahora nos hemos llenado de hijos y de Yucas indeseables que aborrecen Campeche, excepto dos que aman más este estado que el suyo. Pero la verdad es que aún se puede caminar con cierta calma por algunos lugares a ciertas horas de la noche. Porque el malecón, siempre está lleno de gente que quiere urbanizar a Campeche. Señores, el encanto de Campeche es que sigue siendo un pueblo, déjenlo así como estaba antes, y si no,dejémoslo como lo tenemos ahora.







el árbol de la inmortalidad

Cuenta el famoso poeta persa Rumi que cierto día, en una aldea del norte del actual Irán, apareció un hombre contando historias maravillosas sobre un árbol cuyos frutos daban la inmortalidad a quien los comiese. La noticia llegó a los oídos del rey, pero antes de que él pudiera pedir la localización exacta de tal prodigio de la naturaleza, el viajero ya había partido. Sin embargo, el rey estaba decidido a convertirse en inmortal, pues quería tener el tiempo suficiente para transformar su reino en un ejemplo para todos los pueblos del mundo. Cuando aún era joven había soñado en hacer desaparecer la pobreza, enseñar la justicia, alimentar a cada uno de sus súbditos, pero pronto se dio cuenta de que este trabajo requería más de una generación. No obstante la vida le había ofrecido una oportunidad, y no pensaba dejar que se le escapara. Llamó al hombre más valiente de su corte y le encargó que encontrara el árbol. El hombre partió al día siguiente, provisto del dinero suficiente para conseguir informaciones, comida y todo lo necesario para alcanzar su meta. Recorrió ciudades, llanuras y montañas, preguntando y ofreciendo recompensas. Las personas honestas le decían que tal árbol no existía; los cínicos demostraban un respeto irónico y algunos sinvergüenzas terminaban enviándolo a lugares remotos, con el único objetivo de conseguir unas monedas a cambio. Así, después de muchas decepciones, el hombre decidió renunciar a su busqueda. Aun cuando sintiese una inmensa admiración por su soberano, regresaría con las manos vacías. Sabía que esto le deshonraba, pero estaba cansado y convencido de que el tal árbol no existía. En el camino de regreso, al subir una pequeña colina, recordó que allí vivía un sabio y pensó: "ya que he perdido la esperanza de encontrar lo que quería, por lo menos puedo pedir su bendición e implorarle que rece por mi destino". Al encontrarse en presencia del sabio ya no pudo aguantarse más y estalló en sollozos.
-¿Por qué estás tan desesperado, hijo mío?- preguntó el hombre santo.
El rey me encargó encontrar un árbol que es único en el mundo, ya que su fruto nos hace vivir eternamente. Siempre cumplí mis tareas con lealtad y coraje, pero esta vez volveré a casa con las manos vacías. El sabio se puso a reir: - Esto que estás buscando existe, y está hecho con el agua de la Vida que proviene del infinito océano de Dios. Tu error fue intentar buscar una forma con un nombre. Esto a veces se llama "árbol", otras veces "sol", otras veces "nube", y lo podemos llamar como cualquier cosa que exista sobre la faz de la tierra. Sin embargo, para conseguir encontrar este fruto, es preciso renunciar a la forma y buscar el contenido. Cualquier cosa en la que esté la presencia de la Creación es eterna en sí misma, nada puede ser destruido. Cuando nuestro corazón cesa de latir, aun así nuestra esencia se transforma en la naturaleza que nos rodea. Podemos transformarnos en árboles, gotas de lluvia, plantas o hasta incluso en otro ser humano. ¿Siendo así, por qué detenerse en la palabra "árbol" y olvidar que somos inmortales? Renacemos siempre en nuestros hijos, en el amor que manifestamos hacia el mundo, en cada uno de los gestos de generosidad y caridad que practicamos. Vuelve y di al rey que él no necesita preocuparse por encontrar el fruto de un árbol mágico. Cada actitud y decisión que tome ahora perdurará durante muchas generaciones.
Pídele, por consiguiente, que sea justo con sus súbditos, y si él hace su trabajo con dedicación nadie lo olvidará. Su ejemplo influirá en la historia de su pueblo, estimulando a sus hijos y nietos a actuar siempre de la mejor manera posible. Y añádele además lo siguiente: "todo aquel que busca apenas un nombre, siempre permanecerá unido a la apariencia, sin jamás descubrir el misterio oculto de las cosas y el milagro de la vida. Todas las luchas que enfrentamos son por causa de nombres: propiedad, celos, riqueza, inmortalidad. Sin embargo, cuando nos olvidemos del nombre y busquemos la realidad que se esconde detrás de las palabras, tendremos todo lo que deseamos, y además de eso, tendremos paz de espíritu."

miércoles, 29 de julio de 2009

Gracias!

Bueno, hoy me acuerdo mucho de una persona muy especial para mi, esa persona me hace reir y sonreir me hace muy feliz, esta persona me dio muchas cosas y me quito otras en su momento y le doy gracias por todo!


una vez me regalo la oportunidad de leer y escuchar unos pensamientos de Facundo Cabral pero estaba muy ciego para poder darme cuenta de lo significativo que fue.
espero que esa persona pueda leer estas lineas, y quiero decirte que me siento agredecido que sigas a mi lado y me demuestres el valor de las cosas me ayudaste a crecer! y por eso!


Gracias !!