viernes, 30 de enero de 2009

EL DIAGNOSTICO

En el sucio rincón de una taberna fría y desmantelada,semejante a una lóbrega caverna Jorge, el más antiguo camarada,una noche lluviosa nos decía furioso, hecho una sopa.Ha tres meses que a la adorada mía la juré no tomarme ni una copa.
Ella, en cambio, postrándose de hinojos, con un amor profundo, juróme por la niña de sus ojos, serme fiel y constante en este mundo. Y esta noche, ¡ Dios mío!, en qué apretura me he visto y en qué potro; esa mujer a quien soñé tan pura la encontré besándose con otro.
Mas no importa; vosotros, compañeros, que sabéis que yo pago la infamia como pocos caballeros, mi juramento cumpliré, ¡ni un trago! Y al decir esto, por su pestaña rubia brilló una gota clara una gota que luego fue una lluvia que rodó largo tiempo por su cara.
Y era verdad: en más de treinta días no habíamos logrado en todas nuestras bellas alegrías hacer beber al noble enamorado.
Mas de pronto el buen Jorge irguióse altivo, y exclamó a su pesar: -¿Para qué vivo? dióse un golpe en la frente si ella mintió.. ¡ Salud! ¡ Dadme aguardiente! La copa alzó, brindó por el dios Baco, lanzó una carcajada,Y rodó por el suelo, como un saco,rígido y mustio el joven camarada.-Grande fue la sorpresa... en un momento estuvo en nuestros brazos;al ver tal expresión de sentimiento de aquel corazón hecho pedazos,Un médico gritamos; por Ventura un médico pasaba, entró tocole el pulso con premura y en tanto que a su faz infulas daba... exclamó alegremente: "Esto no es nada" nada... ¡Pobre muchacho!
que le traigan café mientras reposa, y lo dejen dormir. ¡Está borracho!"
JULIO FLORES

No hay comentarios: